CONTRARELOJ


Ahí estás bien, en mis momentos felices nada más, ¿para qué meterte en mis momentos tristes? Solo alargaría tu estadía en mi vida, complicarías mis emociones por ti y te volverías parte de mi, de mi tiempo, de mi cuerpo. Estás bien en donde estás, en los días soleados con caricias fortuitas, en comidas satisfactorias y silencios energéticos. No te quiero en mis peores momentos, donde te podría necesitar, en las situaciones difíciles, no, no te quiero ahí, en mis complicaciones y decisiones de vida, ni en las pérdidas. No perteneces ahí porque se que no podría con tu presencia, porque se a lo qué viniste y que lo bueno y positivo es lo que te favorece. No podría abrirte mi corazón y mostrarte mis cicatrices cuando las evitas, porque lo sé. Mejor quédate ahí, al final de la orilla en el atardecer con el calor y la sal de una playa que no se olvida, quédate en los besos exaltados y evita los de comprensión, quédate en las caricias que esto sólo es para darnos a los dos, un poco de compañía. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

El febrero que lo conocí

Algún poder divino

Planificación