Soñando en el Insomnio

Estoy creciendo, lo sé.  Mi perspectiva por la vida ha cambiado durante este año y es que aprendí mucho de mi y de los demás, de esas personas que llegaron por temporadas a darme lecciones de vida, de esas personas esporádicas que gastaban mi tiempo y de esas personas que se mantuvieron a mi lado y aún permanecen. Año con año aprendo algo nuevo y este año aprendí a decir lo que siento, aprendí que la felicidad dura el tanto que decidas prolongarla y que las buenas compañías se sienten con el corazón.  Ahora tengo una visión más amplia de la vida y lo complicado que es vivirla pero estoy amando lo que soy e ilusionada de en quien me convertiré. Ya no tengo prisa, voy con calma me tomo mi tiempo y no desperdicio los momentos. Soy más transparente y digo lo que pienso, me he quitado los prejuicios y estoy lista para seguir puliendo mi alma dejando mi mejor esencia. 

La vida es una cabrona. La vida es una desgraciada que de la mano del destino planea una lección para ti. Ponen en tu vida a personas que tu ni sabes cual es el objetivo de ellas en tu camino; Te las presenta de manera discreta pero haciéndolas notar, pasa el tiempo y ahí están de nuevo, tocando en tu puerta pero esta vez el tiempo, las experiencias te han preparado para tener a esa persona en tu vida  y le abres la puerta...  Todo empieza por lo visual; cruzan miradas un par de veces. Empiezan a notarse (quizá él ya te había notado, quizá ya lo había planeado). Después empiezan a hablar, a conocerse; te gusta como habla, te gusta su cabello y su porte. Le gustan tus piernas, tu sonrisa y lo inteligente.  Llega pero no se queda. Esta pero no esta. Te quiere para él pero quizá no exclusiva. Tú lo quieres para ti y sin compartir. Lo sacas un rato de tu vida cerrando la puerta con llave pero él decide meterse por tu ventana y se sienta en tu sala a esperar que le enciendas la luz.

Estoy en un momento de mi vida en el que me vale todo. Me vale si hacen prejuicios por mi cara de engreída o si dicen que me quedaré sola por mi carácter (que encanto quedarme "sola" y pasarla bien conmigo). Me vale si soy egoísta con el corazón y pongo primero mis sentimientos sobre los de cualquiera que me pretenda. Me vale que crean que por los tatuajes o perforaciones ya soy una chica "mala" o "fácil".  Me vale si dicen que me aleje del "camino de Dios" por no creer en las jerarquías de la iglesia (estoy más cerca de él de lo que creen). Me vale si uso escotes y a otras personas no les agrada. Me vale si no quiero ser sedentaria y prefiero andar por el mundo. Me vale si me creen mal hablada. Me vale que crean que pido mucho en una persona (solo por saber lo que no quiero). Me vale si no me conformo y me exijo mucho para ser mejor persona. Me vale que me digan exigente. Me vale que me digan débil por vivir mis emociones. Me vale si soy "

Había una vez en las aguas del pacifico un pez koi que andaba por ahí buscando un espacio en el océano en el que pudiera descansar, ya había recorrido varias millas marinas y estaba cansado de tanto aletear. Otros peces no podían creer lo que el pez koi quería pues los de su espécimen eran únicos e inigualables y muy difíciles de pescar, este pez nado y nado hasta sentir que encontraba su lugar en el océano, durante su viaje buscaba otro pez con quien viajar; primero busco a alguien de su especie, después a cualquier otro pez o ser marítimo que fuese buscando lo mismo que él, felicidad. Por desgracia este pez no podía encontrar a nadie para su viaje, así que lo realizo solo y decidir que iría a donde su destino lo llamara, las costas indicas, pues se entero que por allá estaba su habitad natural. Este koi al fin llego buscando su felicidad en el lugar, esperando encontrar a los de su especie, los encontró claro, pero aun que eran de su especie eran diferentes a él, estos otros no quer